Caracas, 18 de julio de 2016
¡Deja que los perros ladren, Sancho!
Aunque la derecha
venezolana insista en repudiar todos los planes que propone y que impulsa el
Gobierno nacional para beneficiar al pueblo, -sin distinción ni color político-,
nosotros como revolucionarios seguimos avanzando y manteniéndonos en pie de lucha,
sin olvidar las enseñanzas dejadas por el Libertador Simón Bolívar y por el Comandante
Supremo, Hugo Rafael Chávez Frías.
“Formación,
organización y producción nacional”; es la nomenclatura, camaradas. El pueblo
elevó su voz en millones y surgió la creación de los Comités Locales de Abastecimiento
y Producción (Clap), y este es, uno de los primeros pasos –de tantos- para
lograr una Patria verdaderamente libre y soberana.
Tal y como lo ha
reiterado el presidente de la República
Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, -le pese a
quien le pese- los Clap deben erigirse como la máxima expresión de la
revolución económica-productiva desde la base. Sabemos, conocemos que es una
lucha, una batalla increíblemente dura la que tenemos que dar para estabilizar
al país, pero esa es la que, precisamente, estamos dando con frontalidad y
entereza.
A pesar de que día
a día nos enfrentamos a una fuerte y desestabilizadora guerra mediática por parte
de la oposición venezolana, quienes son los que reciben con frecuencia,
lineamientos de la bota del imperio norteamericano para exterminar los logros
de la Revolución
y, con ello, el legado que dejó el Comandante Chávez, siempre hemos buscado la
forma de combatir y desmontar con hechos, las matrices de opinión creadas por
sectores privados, entre ellas trasnacionales, que han hecho de todo esto, un
festín, al jugar con el estómago de los venezolanos y venezolanas.
Pero, como dice aquella
expresión extraída de la obra Don Quijote de la Mancha : “Deja que los
perros ladren, Sancho, es señal de que vamos avanzando”. Y es eso lo que
estamos haciendo, avanzando en el área participativa y productiva del país;
porque este pueblo se crece en las dificultades.
Hay que continuar
trabajando para que exista en Venezuela un equilibrio en la economía y para
encontrar, sin duda alguna, los desniveles inducidos por sectores inescrupulosos
y delictivos que se dedican a vender los alimentos con sobreprecio y, a su vez,
a esconderlos.
Es justo y
necesario -en este momento tan coyuntural- que los ciudadanos y ciudadanas
conozcan que el principal objetivo de la distribución de los Clap es abordar de
forma directa el tema del bachaqueo en Venezuela, pero que si en ese abordaje llegamos a descubrir infiltrados en las
filas de la Revolución ,
y que con sus acciones le hacen un daño terrible al pueblo, entonces también
iremos contra ellos desde la militancia del Partido Socialista Unido Venezuela
(PSUV), porque esto no se trata de mantener mafias, se trata de hacer
irreversible la Revolución Bolivariana
y la enseñanza del Comandante Supremo, Hugo Chávez.
Para nosotros no
era secreto que la derecha atacaría el plan de los Clap en el país, porque
estas son instancias constituidas por el pueblo organizado para contribuir a la
distribución equitativa de los alimentos de primera necesidad, y obviamente, a
la oposición todo lo que le huele a participación protagónica y a organización
popular les produce asco.
Lo cierto es que
esto más que una estrategia para la contingencia por la que atraviesa el país
para combatir el bachaqueo –un fenómeno que surgió de la escasez de rubros que
ha mantenido azotado al pueblo desde hace un poco más de tres años-, pero con
una imperante intensidad desde el 6 de diciembre (6D) de 2015, se ha convertido
en un nuevo y verdadero sendero productivo, no sólo en el área de la
agricultura, sino también de la ganadería, la acuicultura, entre otros.
Pienso que los
Clap es una bandera para levantar con orgullo porque estamos proyectando en el
presente y para el futuro la producción nacional en Venezuela, además de que lo
estamos haciendo desde la raíz y junto al pueblo.
Camaradas, debemos
tomar en cuenta que todas las posturas
que hasta ahora han mantenido nuestros enemigos históricos tienen un sólo
norte; evitar nuestra autodeterminación, tal y como lo han intentado hacer con
países hermanos, pero recordemos que la libertad, es para pensar distinto
porque para pensar igual no se necesita libertad.
A trabajar unidos,
compañeros de lucha y empecemos a sembrar semillas que den como frutos las
páginas de la historia revolucionaria que verán nuestros hijos. Luchemos sin
desmayar.
¡Viviremos y venceremos, camaradas!
Artículo de opinión
Por: Alexander Berroterán
@BerroteranPSUV
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